
45 años después sabemos que eso
no es verdad. Díaz Ordaz murió sin ser juzgado. Su secretario de gobernación
Luis Echeverría, ejecutar directo de la matanza tampoco ha sido juzgado. Carlos
fue condenado sin juicio a vivir en el encierro en más de una instancia mental,
juego típico de la guerra sucia en México.

Ese fue el sistema que convirtió
la presunta culpabilidad de Carlos, porque
presunto culpable se asoma en termino de locura, quitándole no solo sus
derechos humanos, si no la legalidad que supuestamente vigila. Ahí está el valor del documental.
Temas que no se quieren platicar, casos que nunca han sido conocidos y que
deben hablarse, entenderse y tampoco comentarse.
Este documental está lleno de
virtudes, porque maneja a la perfección entrevistas con personas que
investigaron o vivieron el caso, con videos acerca de Díaz Ordaz. Lo Ocurrido
en el 68 y el hospital donde estuvo internado Carlos Castañeda. También es
completamente objetivo, ya que no toma preferencia por estudiantes, ni acusa o
justifica al presidente o a Castañeda por su intento de homicidio.
Además las escenas del interior
del albergue donde estuvo Castañeda son
de una dureza tal que valen el documental.
Esta película documental se puede
reconocer el trabajo de un director
que a pesar de la dificultad que
representó el encontrar al protagonista para entrevistarlo, investigó a fondo y
logró un documental de muy alta calidad.
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